La Cigüeña Blanca (Ciconia Ciconia), es un ave que nos resulta muy
familiar ya que, al contrario de lo que sucede con su prima, la Cigüeña Negra (Ciconia
Nigra), que es muy difícil de ver debido a que siempre busca sitios recónditos
y alejados del hombre para anidar y
sacar adelante a su prole, vive en
estrecha vecindad con nosotros anidando, llegado el caso, en pleno casco urbano, tanto en pueblos como
ciudades. Aunque está ampliamente distribuida por toda Europa, las mayores densidades de población de estas aves las encontramos al suroeste de la Península Ibérica, tanto en España como en
Portugal.
Los pájaros, desde el principio de los
tiempos, saben que estar cerca del hombre no es bueno para ellos ya que siempre
acaban malparados. Lo humanos, en lo concerniente a nuestra relación con las aves, mostramos dos tipos de querencia. Por un lado, están a quienes les gusta ver a los pájaros en su medio natural y
disfrutan viéndolos afanarse a diario en buscar su alimento mientras cantan alegremente, en ciudades y campos, sin importarles para nada los avatares de la vida , y, por otra
parte, están aquellos a quienes también les gustan los pájaros, sí...pero
fritos. De estos segundos, siempre han tenido que protegerse las aves manteniendo
una distancia prudencial con ellos y, además, construyendo sus nidos en sitios escondidos, alejados la vista de posibles depredadores, entre los que nos encontramos.
El método que siguen las cigüeñas, para proteger sus nidos, no consiste en
ocultarlos como las otras aves, algo extremadamente difícil si juzgamos su tamaño, sino en situarlos
en lugares elevados, lejos de los depredadores terrestres, a la vista de todo el mundo; eligiendo para ello campanarios y
torres de iglesias y ayuntamientos, depósitos del agua, chimeneas abandonadas, silos,
árboles, postes y torres del tendido eléctrico o telefonía, peñas altas…
Habitualmente construyen sus nidos de forma aislada, evitando así conflictos con posibles vecinos molestos -como podemos ver, los problemas de vecindad no solo los tenemos los humanos-, aunque no es infrecuente ver varios nidos juntos, en el mismo tejado o en la misma zona. Se trata de plataformas que, con gran maestría, construyen a base de ramas vegetales, a las que. paulatinamente. van añadiendo otros materiales a lo largo del tiempò, ya que las
cigüeñas que ocupan un nido suelen volver a utilizar el mismo durante los años siguientes.
Estos habitáculos son de gran tamaño llegando a alcanzar hasta un metro de diámetro, e incluso más, y, como
año tras año siguen añadiendo materiales al mismo, a veces llegan a adquirir un peso enorme habiéndose llegado a ver nidos de más de 50 kg.
Las cigüeñas vuelven de forma continuada al lugar de cría del año anterior, siendo el macho el primero que regresa al antiguo hogar, aunque no siempre ocupa el mismo nido pues a veces toma posesión de algún otro nido vacío que haya por la zona.
Son aves monógamas y resulta muy romántico pensar que son fieles entre sí a lo largo de toda su vida, de modo que las cigüeñas que forman pareja un año, mantienen esa relación para siempre compartiendo el mismo nido todos los años. Así nos lo contaban de pequeños, pero esto no funciona así. En este aspecto, hay que decir que también son "muy humanas", pues cambian con frecuencia de pareja; claro que a nosotros, cuando vemos todos los años un antiguo nido ocupado nuevamente por dos cigüeñas, es fácil pensar que son las mismas del año anterior, y veces hasta lo son, pero esto casi nunca es lo real.
En estos nidos, al ser tan grandes, no es raro que en los bajos de los mismos tengan okupas, anidando en ellos: gorriones, estorninos y otras aves. Estos, aunque no pagan alquiler a los legítimos dueños de la "casa" , al menos no interfieren para nada con las actividades cotidianas de estos, haciéndoles la vida imposible, tal como sucede con sus colegas humanos en España.
De tamaño bastante considerable, la cigüeña común tiene el cuerpo recubierto de plumas blancas, siendo las plumas de las alas de color negro. Su cuello es muy largo y, tanto las patas como el pico, también muy largos, son de color rojo claro. No existe un dimorfismo sexual, siendo el aspecto del macho y la hembra muy similar, variando, únicamente, el tamaño entre ambos a favor del macho, que es algo mayor.
Las cigüeñas vuelven de forma continuada al lugar de cría del año anterior, siendo el macho el primero que regresa al antiguo hogar, aunque no siempre ocupa el mismo nido pues a veces toma posesión de algún otro nido vacío que haya por la zona.
Son aves monógamas y resulta muy romántico pensar que son fieles entre sí a lo largo de toda su vida, de modo que las cigüeñas que forman pareja un año, mantienen esa relación para siempre compartiendo el mismo nido todos los años. Así nos lo contaban de pequeños, pero esto no funciona así. En este aspecto, hay que decir que también son "muy humanas", pues cambian con frecuencia de pareja; claro que a nosotros, cuando vemos todos los años un antiguo nido ocupado nuevamente por dos cigüeñas, es fácil pensar que son las mismas del año anterior, y veces hasta lo son, pero esto casi nunca es lo real.
En estos nidos, al ser tan grandes, no es raro que en los bajos de los mismos tengan okupas, anidando en ellos: gorriones, estorninos y otras aves. Estos, aunque no pagan alquiler a los legítimos dueños de la "casa" , al menos no interfieren para nada con las actividades cotidianas de estos, haciéndoles la vida imposible, tal como sucede con sus colegas humanos en España.
De tamaño bastante considerable, la cigüeña común tiene el cuerpo recubierto de plumas blancas, siendo las plumas de las alas de color negro. Su cuello es muy largo y, tanto las patas como el pico, también muy largos, son de color rojo claro. No existe un dimorfismo sexual, siendo el aspecto del macho y la hembra muy similar, variando, únicamente, el tamaño entre ambos a favor del macho, que es algo mayor.
Una ficha de un ejemplar adulto podría ser la
siguiente:
Cigüeña
común (ciconia ciconia)
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Altura : 100-125 cm
|
Envergadura: 150-200 cm
|
Longitud 110 cm
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Peso 1.500 4.000 gr.
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Pico: 16-20 cm.
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Cola: 20-25 cm.
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Ala 50-60 cm
|
Son aves migratorias y empezamos a verlas surcar nuestros cielos, o en
sus nidos, a mediados de enero, que es cuando vuelven a la Península Ibérica
procedentes de África; si bien, cada vez van adelantado más su llegada, no siendo raro verlas ya los primeros días de enero e incluso diciembre
Cada pareja de cigüeña blanca cría sólo una nidada cada año. La hembra, a finales de marzo o primeros de abril, pone 3-5 huevos y ambos padres participan en la incubación durante el día,
aunque, durante la noche, la tarea es realizada sólo por la hembra. Tras ser incubados de 30-35 días, nacen los
"cigoñinos" que son alimentados por los padres durante dos meses; al cabo de este tiempo, ya han alcanzado un pleno desarrollo y abandonan el nido.
Estas aves, tienen una supervivencia media de 20 años, aunque ha habido ejemplares en cautividad que han llegado a vivir más de 30.
La cigüeña blanca busca su alimento en suelos con vegetación baja, así como en regatos y charcas poco profundas, esto le permite que sus presas sean más visibles; su dieta, que es muy variada depende de la época del año. En verano, sus presas más comunes son los insectos, principalmente escarabajos, saltamontes, langostas y grillos; mientras que en invierno, cuando vuelven a estos lares, se alimentan fundamentalmente de lombrices de tierra. También, cuando tienen ocasión, comen otras exquisiteces como culebras, ranas, lagartijas, y pequeños mamíferos, fundamentalmente, ratones de campo.
Fuera de la naturaleza, cada vez con más frecuencia, también buscan buscan alimento en los vertederos, donde encuentran abundante materia orgánica. Este hecho ha favorecido, notablemente, un cambio en sus hábitos, propiciando que, algunos ejemplares, al encontrar comida en los vertederos durante todo el año, ya no emigren a África.
En España permanecen con nosotros hasta agosto y septiembre; entonces, una vez que los cigoñinos ya están plenamente desarrollados, tanto estos como los padres abandonan sus zonas de reproducción estival y se van a pasar el otoño a África. Aunque son aves bastante solitarias durante la anidación, a la hora de emigrar son muy gregarias y se unen en grandes grupos para ir a pasar la estación fría, en la sabana africana, cruzando el Estrecho de Gibraltar en grandes bandos de cientos de ejemplares.Su destino es el África Central, al sur del desierto del Sahara: Kenia, Uganda, Chad, Nigeria y, si aquí gustan de vivir solas en su nido, criando a la prole en sus cuarteles de invierno, allí lo hacen en bandadas que a veces son de miles de ejemplares.
Las Cigüeñas Blancas, que nacen cada año, emigran hacia el sur, por primera vez, siguiendo la misma ruta que sus padres, familiarizándose así con los lugares por donde pasan de modo que, cuando vuelven a Europa, desde los lugares de invernada en África, lo hacen por los mismos lugares.
Estos largos viajes, de 4000-5000 km, los realizan en etapas empleando varias semanas en completarlos.
Es asombroso comprobar cómo estas aves, sin mapas, brújulas, GPS, ni otros artilugios que usamos los humanos para intentar no perdernos, son capaces de regresar, cada una de ellas, con total precisión, tras volar miles de kilómetros, a su lugar de origen.
Una vez que llegan a nuestras latitudes, se repite el ciclo: toman posesión de algún nido que esté vacío o construyen uno nuevo y comienza la "parada nupcial", durante la cual, tanto el macho como la hembra, castañetean ruidosamente el pico emitiendo un fuerte sonido conocido como crotoreo "Están machando el ajo", decimos los lugareños
Algunas curiosidades en torno a las cigüeñas
a) La cigüeña blanca es un ave muy popular y querida en los pueblos debido a la estrecha relación que siempre ha mantenido con los humanos. Es muy beneficiosa para la agricultura, ya que come infinidad de insectos y roedores. Además, se decía que el tener un nido de cigüeña en el tejado de la casa era signo de buena suerte porque la protegía de los rayos; pero lo cierto es que, la mayoría de las veces, esa relación de vecindad no es tan bien recibida y los propietarios de esos "casas afortunadas" prefieren prescindir de tal suerte debido a que al enorme peso de los nidos estropea los tejados, a lo que hay que sumar la gran cantidad de excrementos y suciedad que desprenden sus moradores.
b) Según la tradición popular, cuando nacemos, la cigüeña blanca es la encargada de traer los niños, a cada casa. A los recién nacidos, los traían estas aves en un hatillo que colgaba del pico, dejándolos caer por las chimenea -ahora me explico yo por qué mucha gente somos como somos: se debe al porrazo que nos llevamos al nacer- Lo que agradecerían las mujeres que este mito de la cigüeña, trayendo los niños de París, fuera verdad pudiendo evitar así los embarazos y partos.
Antes, cuando los niños preguntábamos a los padres dónde estábamos antes de nacer, y cómo veníamos al mundo, nos daban esta respuesta evitándose así la incomodidad de tener que explicar la realidad de la cuestión.
c) En tiempos pasados, había una desinformación tremenda respecto a la sexualidad; tal ignorancia era tan alta que llegaba a unos extremos impensables hoy día. Cuentan que en un pueblo había una pareja, llevaban poco tiempo casados y la mujer estaba embarazada. Él marido no estaba preparado aún para ser padre y, cuando le dijeron //- ¡Enhorabuena!, veo que está a punto de venir la cigüeña a tu casa// Muy irritado, cogió la escopeta de caza, se plantó ante la fachada de su casa y, a todo aquel que pasaba por allí, como se extrañaba al verle con la escopeta, al preguntarle si pasaba algo, él respondía muy convencido: //- ¡Claro que pasa! Estoy vigilando para que no entre la cigüeña. Como vea que se acerque a la casa, le pego dos tiros ¿Esto fue un cuento?¿ Ocurrió realmente? La verdad es que no me atrevo a asegurar una cosa ni la otra.
d) Además de ser las responsables de “llenar las casas de niños”, su presencia entre nosotros significa que ya viene el buen tiempo, de ahí el dicho: "Por San Blas, la cigüeña veras, y si no la vieres, año de nieves”. En otros tiempos, cuando el clima era más estable, seguramente, pudo ser así; pero en los tiempos actuales esto no se ajusta a la realidad. Cuántas veces, tras la llegada de estas zancudas, el clima sigue siendo aún muy frío, ha nevado, y han tenido que aguantar estoicamente la nevada en sus nidos, porque esos días no pueden salir al campo a comer.
e) El hecho de tenerla como vecina, siempre tan cerca de nosotros, ha hecho que, de forma constante, esté presente en nuestro folklore. Canciones y cantinelas sobre las cigüeñas hay muchas. Los niños, cuando la veían, cantaban: “Cigüeña zaragüeña / que estás en la peña/ los hijos se te van/, a la Vera Vera van / te escriben una carta/ que pronto volverán”.
f) El hecho de que aniden en la torre de la iglesia, es algo muy común y queda reflejado en algunos cantares como el siguiente: ”En el campanario de Encinasola / la cigüeña anida airosa/ en el de Valderrodrigo/ el cura espía a las mozas”.
g) En nuestra zona, el cigüeño no es el “marido” de la cigüeña. Se trata de un artefacto, que se colocaba en los pozos para extraer agua del mismo, consistente en dos maderos articulados entre sí; uno clavado en el suelo con forma de horquilla en el extremo superior, donde se articulaba con el otro, que
era recto, al que se le colocaba en uno de sus extremos una errada -un cubo de zinc- para sacar agua de los pozos, mientras que en el otro extremo se le ponía un contrapeso. Recibe tal nombre porque su perfil recuerda al de una cigüeña también vista de lado.
Estas aves, tienen una supervivencia media de 20 años, aunque ha habido ejemplares en cautividad que han llegado a vivir más de 30.
La cigüeña blanca busca su alimento en suelos con vegetación baja, así como en regatos y charcas poco profundas, esto le permite que sus presas sean más visibles; su dieta, que es muy variada depende de la época del año. En verano, sus presas más comunes son los insectos, principalmente escarabajos, saltamontes, langostas y grillos; mientras que en invierno, cuando vuelven a estos lares, se alimentan fundamentalmente de lombrices de tierra. También, cuando tienen ocasión, comen otras exquisiteces como culebras, ranas, lagartijas, y pequeños mamíferos, fundamentalmente, ratones de campo.
Fuera de la naturaleza, cada vez con más frecuencia, también buscan buscan alimento en los vertederos, donde encuentran abundante materia orgánica. Este hecho ha favorecido, notablemente, un cambio en sus hábitos, propiciando que, algunos ejemplares, al encontrar comida en los vertederos durante todo el año, ya no emigren a África.
En España permanecen con nosotros hasta agosto y septiembre; entonces, una vez que los cigoñinos ya están plenamente desarrollados, tanto estos como los padres abandonan sus zonas de reproducción estival y se van a pasar el otoño a África. Aunque son aves bastante solitarias durante la anidación, a la hora de emigrar son muy gregarias y se unen en grandes grupos para ir a pasar la estación fría, en la sabana africana, cruzando el Estrecho de Gibraltar en grandes bandos de cientos de ejemplares.Su destino es el África Central, al sur del desierto del Sahara: Kenia, Uganda, Chad, Nigeria y, si aquí gustan de vivir solas en su nido, criando a la prole en sus cuarteles de invierno, allí lo hacen en bandadas que a veces son de miles de ejemplares.
Las Cigüeñas Blancas, que nacen cada año, emigran hacia el sur, por primera vez, siguiendo la misma ruta que sus padres, familiarizándose así con los lugares por donde pasan de modo que, cuando vuelven a Europa, desde los lugares de invernada en África, lo hacen por los mismos lugares.
Estos largos viajes, de 4000-5000 km, los realizan en etapas empleando varias semanas en completarlos.
Es asombroso comprobar cómo estas aves, sin mapas, brújulas, GPS, ni otros artilugios que usamos los humanos para intentar no perdernos, son capaces de regresar, cada una de ellas, con total precisión, tras volar miles de kilómetros, a su lugar de origen.
Una vez que llegan a nuestras latitudes, se repite el ciclo: toman posesión de algún nido que esté vacío o construyen uno nuevo y comienza la "parada nupcial", durante la cual, tanto el macho como la hembra, castañetean ruidosamente el pico emitiendo un fuerte sonido conocido como crotoreo "Están machando el ajo", decimos los lugareños
Algunas curiosidades en torno a las cigüeñas
a) La cigüeña blanca es un ave muy popular y querida en los pueblos debido a la estrecha relación que siempre ha mantenido con los humanos. Es muy beneficiosa para la agricultura, ya que come infinidad de insectos y roedores. Además, se decía que el tener un nido de cigüeña en el tejado de la casa era signo de buena suerte porque la protegía de los rayos; pero lo cierto es que, la mayoría de las veces, esa relación de vecindad no es tan bien recibida y los propietarios de esos "casas afortunadas" prefieren prescindir de tal suerte debido a que al enorme peso de los nidos estropea los tejados, a lo que hay que sumar la gran cantidad de excrementos y suciedad que desprenden sus moradores.
b) Según la tradición popular, cuando nacemos, la cigüeña blanca es la encargada de traer los niños, a cada casa. A los recién nacidos, los traían estas aves en un hatillo que colgaba del pico, dejándolos caer por las chimenea -ahora me explico yo por qué mucha gente somos como somos: se debe al porrazo que nos llevamos al nacer- Lo que agradecerían las mujeres que este mito de la cigüeña, trayendo los niños de París, fuera verdad pudiendo evitar así los embarazos y partos.
Antes, cuando los niños preguntábamos a los padres dónde estábamos antes de nacer, y cómo veníamos al mundo, nos daban esta respuesta evitándose así la incomodidad de tener que explicar la realidad de la cuestión.
c) En tiempos pasados, había una desinformación tremenda respecto a la sexualidad; tal ignorancia era tan alta que llegaba a unos extremos impensables hoy día. Cuentan que en un pueblo había una pareja, llevaban poco tiempo casados y la mujer estaba embarazada. Él marido no estaba preparado aún para ser padre y, cuando le dijeron //- ¡Enhorabuena!, veo que está a punto de venir la cigüeña a tu casa// Muy irritado, cogió la escopeta de caza, se plantó ante la fachada de su casa y, a todo aquel que pasaba por allí, como se extrañaba al verle con la escopeta, al preguntarle si pasaba algo, él respondía muy convencido: //- ¡Claro que pasa! Estoy vigilando para que no entre la cigüeña. Como vea que se acerque a la casa, le pego dos tiros ¿Esto fue un cuento?¿ Ocurrió realmente? La verdad es que no me atrevo a asegurar una cosa ni la otra.
d) Además de ser las responsables de “llenar las casas de niños”, su presencia entre nosotros significa que ya viene el buen tiempo, de ahí el dicho: "Por San Blas, la cigüeña veras, y si no la vieres, año de nieves”. En otros tiempos, cuando el clima era más estable, seguramente, pudo ser así; pero en los tiempos actuales esto no se ajusta a la realidad. Cuántas veces, tras la llegada de estas zancudas, el clima sigue siendo aún muy frío, ha nevado, y han tenido que aguantar estoicamente la nevada en sus nidos, porque esos días no pueden salir al campo a comer.
e) El hecho de tenerla como vecina, siempre tan cerca de nosotros, ha hecho que, de forma constante, esté presente en nuestro folklore. Canciones y cantinelas sobre las cigüeñas hay muchas. Los niños, cuando la veían, cantaban: “Cigüeña zaragüeña / que estás en la peña/ los hijos se te van/, a la Vera Vera van / te escriben una carta/ que pronto volverán”.
f) El hecho de que aniden en la torre de la iglesia, es algo muy común y queda reflejado en algunos cantares como el siguiente: ”En el campanario de Encinasola / la cigüeña anida airosa/ en el de Valderrodrigo/ el cura espía a las mozas”.
g) En nuestra zona, el cigüeño no es el “marido” de la cigüeña. Se trata de un artefacto, que se colocaba en los pozos para extraer agua del mismo, consistente en dos maderos articulados entre sí; uno clavado en el suelo con forma de horquilla en el extremo superior, donde se articulaba con el otro, que
era recto, al que se le colocaba en uno de sus extremos una errada -un cubo de zinc- para sacar agua de los pozos, mientras que en el otro extremo se le ponía un contrapeso. Recibe tal nombre porque su perfil recuerda al de una cigüeña también vista de lado.
h) En España, es un ave protegida que no puede -no debe- ser cazaba; pero, como una parte de su vida transcurre en África y allí no existían estas restricciones, era presa de los cazadores. En épocas de hambruna, se decía que en África todo animal que anduviera por la tierra, nadara o volara, era susceptible de servir de alimento, y la cigüeña no fue ajena a ello. Para cazarla, inicialmente, solo se utilizaban jabalinas y arcos y flechas; gracias a la poca precisión de estas armas aún hay
cigüeñas, porque si no, hubieran desaparecido todas en ese continente. Cuando los cazadores ya dispusieron de mejores armas para la caza, se fijaron en otras presas más atractiva pues, si alguien tiene
curiosidad en saber cómo sabe la carne de este ave, creo que está lejos de ser
exquisita.
Por si algún paisano no está suficientemente documentado sobre nuestras anuales aves visitantes, las cigüeñas, aquí tiene tu amplia y detallada información.
ResponderEliminarEn La Zarza, al cigüeño de tu pueblo, ese artefacto para sacar agua de los pozos con poco esfuerzo, lo llamamos “zanga”. También, pero menos usado: cigüeñal. Tan cerca y tan diferentes en muchas costumbres y palabras.
También tenemos, en la página desde los comienzos, un apartado titulado:AVIFAUNA; a su vez con apartados curiosos, en los que aparece, naturalmente, la cigüeña. Y un apartado especial, muy polémico, que surgió hace 11 años, que armó tanto revuelo que hasta saltó a las TV nacionales y periódicos digitales preocupándose del tema, de manera poco profesional, como pudimos comprobar, pues la mayoría con el “copia y pega” iban dando noticias, sin rigor alguno, con inexactitudes, etc. sobre el asunto, que titulé: La Cigüeña zarceña
-Manolo-