sábado, 18 de junio de 2016

La noche mágica


   El día de San Juan (24 de junio) es una festividad cristiana cuyo  origen  tienen poco que ver con el santo; la fiesta, aunque mantiene la huella de la celebración que hacían  los celtas  en esta época del año para festejar el Solsticio de Verano, tiene un origen aún más  remoto que hunde sus raíces en la noche de los tiempos. 
   El Solsticio de Verano  (21 de junio), aquellos que vivimos en el hemisferio norte, decimos que es el “día más largo” del año, pero esto no es real ya que todos los días tienen 24 horas; la expresión hace referencia a que es el día  con más horas de luz natural, en detrimento de la oscuridad nocturna. Este hecho es debido a que es en esta fecha cuando la Tierra,  en su órbita  anual alrededor del sol,  alcanza el plano más vertical respecto al mismo y ello determina que los rayos solares lleguen, a lo largo del día, durante un mayor espacio de tiempo  a nuestro planeta.

   El fenómeno del solsticio, en la actualidad, tiene una explicación científica y apenas llama la atención; pero ¿cómo lo vivían nuestros antepasados, hace  tres mil años?
    En los pueblos primitivos, todo aquello que no tuviera una explicación lógica era considerado un hecho sobrenatural… algo mágico, y,  a lo largo del año, uno de los días más mágicos era el Solsticio de Verano, el día con más horas de luz, cuando el dios sol muestra toda su fortaleza y la transmite a las plantas, al agua, a los animales y a las personas.
    Para los celtas,  los primeros pobladores conocidos de nuestra comarca, la fecha del Solsticio de Verano era una noche especial  en la que veneraban al  sol haciendo hogueras - el fuego  es lo más parecido a los rayos solares -  realizando, además, una serie de ritos relacionados con el agua y las plantas que ese día adquirían unas propiedades especiales, con los que pretendían  preservar la salud tanto del cuerpo como la del espíritu.
    En los inicios del cristianismo, los Padres de la Iglesia pusieron gran empeño en suprimir estas fiestas paganas, pero algunas estaban demasiado arraigadas y, al no lograr su objetivo, entonces,  optaron  por cristianizarlas; de este modo, la fiesta del Solsticio de Verano continuó celebrándose, pero la pusieron bajo la advocación de San Juan, sí fue como este santo pasó a ser el protagonista central de la misma, en detrimento del dios sol.
   Aunque la batalla para nominar la fiesta la ganó San Juan; aquellas ancestrales costumbres  que realizaban nuestros antepasados más remotos, con ocasión del solsticio, se mantuvieron, llegando una  gran parte de ellas hasta nuestros días.
   
Rituales para la noche de San Juan

   Los rituales realizados durante la noche de San Juan son muy abundantes y giran, casi todos ellos, alrededor de tres elementos: El fuego, el reino vegetal y el agua.

 Ritos del fuego
    De todos los ritos  asociados a la moche de San Juan, los relacionados con el fuego son los  que más han perdurado y también  los más extendidos  ya que, de una u otra forma,  se siguen practicando en casi todos los rincones de España.
El fuego purificador
  En algunos sitios se queman trastos viejos, relacionándose esto con la renovación (desprenderse de lo viejo); mientras que  en otros  lugares hacen hogueras con leña para saltarlas. Se dice que el humo  de estas fogatas previene enfermedades y ahuyenta los malos espíritus. 

 Ritos del agua
  Igual que el fuego,  el agua es otro de los principales  símbolos de esta fecha.  Se cree que el agua del mar, de las fuentes, de los ríos y de los lagos, ese día tiene poderes especiales;  por ello, bañarse esa noche a la luz de la luna, beber de ciertas fuentes  o, simplemente, lavarse la cara con ese agua (en algunos lugares dicen que debe proceder de siete fuentes distintas), sirve para asegurarse la salud todo el año.

 Ritos vegetales  
   También  son numerosos los ritos relacionados con el mundo vegetal, algunos con un claro fin  “medicinal”.
   En los días previos al Solsticio de Verano, los rayos de sol inciden durante un gran número de horas  sobre la superficie terrestre, un hecho que alcanza su punto máximo el propio día del solsticio;  esta abundancia de luz determina que, el agua y las plantas (los otros seres vivos), estos  días, tengan unas virtudes especiales.
   Si queremos aprovechar esa energía especial, el día de San Juan es una fecha excelente para salir al campo a recoger hierbas y plantas medicinales que servirán para tratar  muchas enfermedades. La recolección ha de hacerse, preferiblemente, antes de la salida del sol, o en el momento del amanecer, para que no pierdan sus propiedades.
   Algunas de estas plantas,  que “necesariamente” se han de recoger este día, son una serie de flores y ramas de arbustos conocidas como "hierbas sanjuaneras": manzanilla, hipérico o hierba de San Juan, mejorana, romero, tomillo…

   Otro rito, asociado a las plantas, consiste en adornar con ramas de árboles y arbustos (romero, laurel, olivo, roble o fresno…) los  umbrales de las puertas. El fin de esta actividad no solo es ornamental,  además sirve para proteger  nuestras casas ante los  rayos, las brujas, y otros seres maléficos que siempre están al acecho intentando romper la paz de los hogares.  

   Durante esta noche, aún se sigue practicando,  en algunos pueblos, la costumbre de plantar en la plaza  el árbol de San Juan (“un mayo”), generalmente, un  chopo o un pino. La intención que se persigue, en estos casos, es atraer al pueblo la protección del espíritu del árbol. Estamos ante un claro vestigio de Dendrolatría, el culto que los antiguos tenían a los árboles.

Otras Supersticiones en torno a  San Juan

   Existe aún una serie de supersticiones y creencias que, desde tiempos inmemoriales, acompañan a la fecha. 

   Es un día apropiado para encontrar tesoros escondidos. No es raro que los rayos de sol, a las doce del   mediodía, incidan sobre algún objeto (alguna piedra o peña)  cuya sombra nos muestre el lugar donde se encuentra un tesoro oculto.

  También estamos ante una noche especial para las hadas. Es una de las pocas ocasiones, a lo largo del año, en que se hacen visibles en cuevas,  fuentes, bosques, ríos…  Si  algún hombre pasa cerca de ellas, y escucha su voz, puede sufrir encantamiento;  de ahí la precaución que han de tener las personas del género masculino,  la noche de San Juan, al pasar por ciertos lugares, si no quieren quedar hechizados. También la Dama del Lago, de las tradiciones celtas, hace acto de presencia en fecha tan señalada.

   Además, la mañana de este día es una fecha propicia para encontrar  pareja. Aquellas mozas/os que durante esa noche cuenten  nueve estrellas,  al  primer chico/a que vean al día siguiente, después del amanecer, será su futura pareja.

  Otros hechos  asociados a San Juan  son el cambio de amo, o de criado (los pastores, cabreros, porqueros… ese día se ajustaban para todo el año), y la apertura de los ejidos (las eras municipales) para  iniciar las labores de la trilla cuando aún no había cosechadoras.

  También el sol, el elemento fundamental de la festividad, tiene en esta fecha su parte mágica. Este día, en el momento del amanecer, podemos ver cómo nuestro astro rey baila. Para poder apreciar tal fenómeno es necesario  subir a un altozano y mirar hacia el este, al sol naciente; pera este menester, es  muy importante ir provistos de un cristal ahumado, para  protegernos la vista.   
   Todas estas creencias relativas al baile solar están basadas en un hecho astronómico. El sol, una vez que ha alcanzado en el cielo el punto más alto (el punto solsticial), empieza a descender  en el horizonte de forma casi imperceptible y ello ocasiona una refracción de los rayos solares, siendo este hecho lo que produce la impresión óptica de que gira sobre sí mismo.

La fiesta de San Juan en  Barruecopardo
  
   De todos los antiguos rituales, relativos a la noche de San Juan, en Barrueco, actualmente, sólo se  realiza el encendido de alguna hoguera con tomillos, lo cual  no deja de tener su magia. Las hogueras de tomillo desprenden un   humo  densa y abundante, muy  aromático, que impregna el ambiente. Todo aquel que salte la hoguera y se ahúme quedará purificado e inmune ante todo tipo de  enfermedades, a lo largo de  todo el año  (el chamuscarse el pelo es un pequeño  tributo que  a veces hay que pagar por saltar la hoguera).

   Hasta no hace tantos años,  los rituales que pervivían, tanto en Barrueco como en el resto de los   pueblos de la comarca, eran los siguientes:

  Se hacían numerosas hogueras. Por todo el pueblo, en  las calles y plazas, se encendían gran cantidad  fogatas  con tomillos recogidos para la ocasión, a los que se sumaban aquellos que se habían recolectado,  en fechas anteriores,  para alfombrar las calles durante la procesión del Corpus. Aunque también el día de San Pedro se hacían hogueras, eran menos numerosas. 

   Una vez acabado el ceremonial de la hoguera, los mozos hacían La Enramada, costumbre que consistía en salir a rondar a las mozas en “edad de merecer”. Además de cantar canciones de ronda, con las que ensalzaban el amor y la belleza de las damas,  colocaban ramos de flores en ventanas y  balcones. Al lado del ramo, en ocasiones, ponían  un letrero, o escribían directamente sobre la pared o en la acera  un texto. Cuando la intención era con buen fin (mostrar amor), el ramo era de rosas, flores silvestres, ramas de arbustos…, y los textos eran agradables: “XXX te quiere”, “La más guapa vive en esta casa”, y cosas así. Pero el ritual  de la enramada no siempre era tan bonito, veces había por medio historias de rechazo o desamor y, en estos casos, las canciones eran de contenido chusco, los ramos  pasaban a ser de cardos, y los letreros no eran precisamente agradables: “Pincha menos el cardo que tú”,  “Esta es la calle de las antipáticas”, y cosas mucho peores.

  También por San Juan  algunos salían al campo a recoger  plantas medicinales y se abría El Ejido para comenzar la trilla- . El cabrero, y porquero (mientras los hubo), al contrario que en otros pueblos, no cambiaban de amo por San Juan, sino  el día de San Pedro. 

Guía para celebrar la noche de San Juan en el siglo XXI

 Conscientes de la gran cantidad de energía positiva que podemos recibir, si practicamos estas costumbres milenarias, se hacía necesario elaborar una guía sobre el ritual sanjuanero que nos permita captar toda la magia que encierra  ese día.  Los actos que hemos de realizar esa noche, si queremos gozar de buena salud física  y espiritual durante todo el año, son:   

1.- Hacer una hoguera de  tomillos.  Así podemos  inhalar el intenso aroma que éstos desprenden al ser quemados, y ahumarnos al saltarla. Con ello preservamos la salud en general, y la de los ojos en particular- el humo es tan denso que hace llorar a quienes se aproximan mucho-  (Nota: para que el beneficio sea pleno, hay que saltar la fogata con cuidado para evitar caerse ya que, si nos rompemos una pierna, un brazo…, desaparece toda la magia).

2.- Bañarse desnudo, a la luz de la luna, en un rio o arroyo que aún mantenga un agua medianamente limpia (Aviso importante: que nadie se bañe en una charca buscando efectos mágicos;  y menos aún que espere ver a la Dama del Lago en ese lugar.  Un abrevadero de ganado es un sitio poco mágico…y eso, la Dama lo sabe).

3.- Salir al campo a buscar hierbas medicinales, y plantas para condimentar alimentos. No es preciso hacerlo durante la noche…ni siquiera al amanecer. Es mejor ir  a plena luz del día  para poder ver, realmente, qué es lo que se está cogiendo (el asunto de hacerlo durante la noche, para que las plantas no pierdan sus propiedades, lo he consultado con un druida actual y dice que, aunque la recolección se realice a plena luz del día, conservan toda la magia). 

4.- Beber agua de siete fuentes, pozos, o pilares, diferentes. Este hecho es factible en nuestros pueblos, y bueno para la salud. Si mezclamos en un recipiente el agua de siete fuentes  y nos lavamos la cara con ella,  sus grandes poderes mágicos evitarán que, mientras seamos jóvenes, nos salgan arrugas

5.- Buscar el tesoro. La leyenda dice que hay   una peña  que,  el día de San Juan, concretamente, a las doce del mediodía,  la sombra que proyecta  sobre el suelo está indicando  el lugar exacto donde  hay un tesoro escondido (no se sabe quien lo enterró, pero seguro que todavía permanece allí porque
Buscar la Peña del Tesoro
aún nadie lo ha encontrado). Este día hay que intentar localizar la peña que custodia el tesoro  (algunos dicen que hay tantas posibilidades de encontrar el tesoro, como de que le toque a uno un Bote de la Primitiva, pero no hay que hacerles caso, lo dicen para desanimar a los demás y poder buscarlo ellos solos). 
 Los de Barrueco por suerte tenemos a mano la Cueva de la Mora o de la Zorra( entendámonos, no es que la mora sea una zorra, es que unos llaman a la cueva de un modo y otros de otro) para probar suerte e intentar encontrar allí el tesoro

6.- Si nos sobra tiempo, podemos acercarnos a Villasbuenas  para ver cómo ponen, esa noche, el Árbol de San Juan (“un mayo)” en la plaza de la Iglesia  -este pueblo es el único de la comarca donde aún conservan esta tradición-. 

7.- Ver el baile solar. Otra actividad recomendada,  para la mañana de San Juan, consiste en subir a un altozano al amanecer y, si no hay alguna nube inoportuna, podremos ver cómo baila el sol (Aviso: si alguien piensa que nuestra estrella va a ofrecernos una sesión de Capoeira, más vale que se quede en la cama. Como mucho podremos ver al sol girar,  lentamente, sobre sí mismo.

8.- Contar nueve estrellas  y esperar que llegue un novio/a. Si  alguien busca pareja, no debe confiar  mucho en contar estrellas y esperar a ver quién es el primer hombre/mujer que pasa por su puerta en la mañana siguiente. Emparejarse no es tan simple  -en nuestros pueblos ha habido mucho soltero por confiar excesivamente en el método- los asuntos amorosos requieren un trabajo más activo, más personal. Aunque no se pierde nada por contar  estrellas, lo cierto es que la magia de San Juan ayuda poco para estos menesteres.


9.- Felicitar a los Juanes/as que conozcas. Esto no es que sea demasiado mágico, pero es su día y se alegrarán. 

8 comentarios:

  1. F A N T A S T I C O. Maravillosa lección de historia, ritos, creencias, supersticiones y de TO, pues no dejas nada atrás. ¡Qué documentación! Un trabajo digno de un final de carrera con nota 10.
    Es una suerte tener en nuestra página este “rincón bloguero”. En ocasiones como esta me dirijo al apartado: Tradiciones y ahí hay un pequeño relato de Nati donde cuenta la noche de San Juan en La Zarza y al final hay un enlace (relacionado) que lleva al blog de Félix con el tema. Ahora voy a dejar otro a esta entrada tuya. No podía ser menos.
    Claro, no nos podemos extrañar que nadie comente entradas como esta, porque…¿qué vamos a decir?...
    Por eso digo que dejar un escueto, saludos, Manolo (en mi caso), sería suficiente.
    POS ESO.
    Saludos y gracias por este RELATO MÁGICO,

    -Manolo-

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  2. Cuando llegue el día, no lo dudes. A cumplir los ritos propios de esa noche para preservar la salud a lo largo de todo el año. Me alegro que te guste. Un saludo.

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  3. Muy bonito José un 10

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  4. Soy Angel Garcia y corroboro lo de "saltar" la hoguera hecha con tomillos. La de mi barrio se hacía no excesivamente alta, y se iban añadiendo brazadas de tomillos. TeRecuerdo

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  5. Angel sigue
    Recuerdo a mi padre con una manguera desde el patio, para que de vez en cuando nos humedeciéramos, y no quemar mucho el pelo de cabeza, porque pelo de brazos y piernas edo ya eta otro tema.
    Graciad por hecemnos recordar momentos tan entrañables

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    1. En general, todos los recuerdos de la infancia son agradables, aunque algunos quedan especialmente marcados en nuestros recuerdos para siempre como las hogueras de San Juan. Un saludo.

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    2. Hola Ángel, esto por lo visto no va bien. El ultimo anónimo soy yo José Carreto.

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