La tradición oral, constituye una parte muy importante del patrimonio inmaterial de una comunidad, ya sea un país, región, provincia, comarca o pueblo y la integran aquellas canciones, cuentos, poesías, fábulas, acertijos, dichos, refranes y leyendas que han sido transmitiéndose de generación en generación..
Dentro de las leyendas, una de las más conocidas es la que hace referencia a “la
Mora Encantada”; aunque en unos lugares la denominan de este modo, con el nombre y
adjetivo correspondientes, en otros es conocida simplemente por “La Mora”, o también por “La
Encantada” siendo numerosísimas las localidades, a lo largo y ancho
de la geografía, tanto española como portuguesa, en las que encontramos
referencias o narraciones de este ser mitológico.
El
personaje de La Mora (Moura en Galicia y Portugal), está íntimamente
relacionado con otros seres fantásticos como las Xanas (Janas), las Lamias, con
la Dama del Lago de las tradiciones celtas e incluso con algunas hadas y
hechiceras de los cuentos infantiles.
Aunque a primera vista pudiera parecer que nos encontramos ante distintos seres mitológicos, en realidad solo se trata de uno, ya que, todos ellos, vienen a ser versiones diferentes del mismo personaje que ha sido adaptado a los entornos culturales
particulares de cada lugar. Prueba de ello es que todas ellas: Moras, Janas,
Lamias…, reúnen una serie de características que les son comunes.
La protagonista siempre es una joven y bella
mujer con largos cabellos rubios que solo puede ver vista de madrugada, antes
de la salida del sol y casi siempre está peinando su cabello con un peine de
oro, siendo el día más propicio para poder verla la noche mágica…la madrugada de San
Juan.
Mientras que las Janas y las Lamias aparecen habitualmente
vinculadas a fuentes, lagunas o corrientes de agua, ya sean ríos o arroyos, las
moras son más polivalente ya que, además de aparecer asociadas al agua, igual
que las anteriores, también lo están a otros
accidentes orográficos como montes y cuevas siendo muy frecuente encontrar
pueblos que tienen su correspondiente Fuente de la Mora, Cueva de la Mora,
Monte de la Mora…
Una vez que ya conocemos el personaje, vamos a centrarnos en sus características.
Si en esta vida todo tiene una misión, nuestra mora no iba a ser
menos y también la tiene, aunque solo sea en el imaginario popular.
La tarea
que tienen encomendadas las moras de cada lugar, es proteger un tesoro...efectivamente, estamos hablando de tesoros y no solo de uno... sino de
muchos. Como hay muchas moras dispersas por toda la península y cada una está
guardando un tesoro, es evidente que existen por ahí muchos tesoros y todos aún pendientes de descubrir.
Estoy hablando de encontrar una auténtica “mora encantada”, las moras normales
no sirven para hallar tesoros, prueba de ello es que yo, a diario, me cruzo con
alguna de estas últimas por las calles de la ciudad donde vivo y, si hablamos de encontrar tesoros, aún “estoy a verlo venir”.
Como supongo que “a nadie le amarga un dulce”; aunque para ser puristas, en este caso, sería más correcto decir: como a “nadie le amarga un tesoro”, a todo aquel o aquella que esté interesado en mejorar espectacularmente su situación económica, voy a proporcionarle unas pistas para que pueda encontrar el tesoro, indicando cuando, como y donde pueden alcanzar su objetivo.
Cuando
Quien
pretenda ver una mora encantada, debe saber que se hace visible o
invisible a voluntad, siendo siempre durante la noche cuando se hace visible, permaneciendo así hasta que los primeros rayos solares aparecen en el horizonte; por lo tanto, para poder verla, hay que madrugar bastante ya que es preciso estar en el lugar indicado antes del alba, previamente a que la mora se haga invisible.
Como ella puede aparecer o no a voluntad, si el día aparece lluvioso, nieva, hace frío…, no os molestéis en buscarla porque, con toda seguridad, no se va a hacer visible ¡Que pinta una mora encantada bajo la lluvia!. Además, se le mojaría el pelo que tanto se cuida.
Por lo tanto, los mejores días para intentar verla deben ser
soleados, lo cual quiere decir que la mejor época para intentar verla, son los días próximos
al solsticio de verano y, dentro de estos, si hay una noche especialmente
propicia es la madrugada de San Juan (24 de junio).
Cómo
Una vez que conocemos la fecha más favorable para encontrar a la mora, el segundo paso a seguir consiste en saber cómo poder hacernos dueños del tesoro que la susodicha mora encantada está custodiando.
Quien consiga verla, se va a quedar fascinado al comprobar que está ante una mujer joven de gran belleza (aún a riesgo de que alguno/a pueda a morirse de envidia, a ella, al
contrario de lo que nos sucede a nosotros…pobres mortales, no le afecta en
absoluto el paso del tiempo y, a pesar de tener cientos de años, se conserva
eternamente joven)
Otro dato que debemos tener en cuenta es que, como siempre está peinando sus largos cabellos rubios con un peine de oro, siempre la verá muy bien peinada, de modo que si vemos a una mujer con greñas, rastas o similares no debemos fiarnos... no se trata de una mora encantada.
El detalle del peine es fundamental ya que ella, cuando ve al “buscador de tesoros”, le va a preguntar:
-
Que prefieres, que te dé este peine de oro… o que te de un beso.
Ante esa pregunta, al interesado/a que ha llegado hasta allí intentando mejorar su fortuna, suele entrarle una duda razonable. Mientras que la existencia del tesoro oculto tan solo puede ser una patraña, el peine de oro, que ella tiene en la mano está la vista... es real y, considerando que “más vale un peine en la mano que ciento volando”, suelen elegir el peine, respondiendo entonces la mora bastante enfadada:
-
Has sido muy torpe, deberías haber elegido el beso para desencantarme ya así
poder llevarte el tesoro.
Tras
decir estas palabras, desaparece de su vista y lo peor de
todo, es que encima se lleva el peine con ella; así que ya sabéis, aquellos que
aspiréis a haceros con el tesoro. Si llegara a darse el caso, ya conocéis cual es
la mejor opción a la hora de responder.
Donde
Una vez el interesado sabe cuándo debe buscar a la mora encantada y como proceder para desencantarla y así poder llevarse el tesoro, todo lo anterior de poco le serviría si no sabe donde encontrar una cueva con su respectiva mora encantada, ya que cuevas hay muchas pero con un tesoro escondido, no hay tantas; pero eso no va suponer un problema, porque a continuación os voy a informar dónde es posible encontrar una cueva muy apañada para estas cosas.
Si alguien decide buscarla por su cuenta, lo único que se necesita es localizar algún pueblo en cuyo término municipal exista algún paraje, ya sea una cueva, fuente, un otero o un monte denominados de la Mora. Con este dato, ya tiene un claro indicio de que allí, con total seguridad, se encuentra un tesoro a su alcance. Pero si alguien quiere ir a lo seguro yo os digo donde encontrar una cueva muy accesible.
No es necesario ir a Albacete, por poner un ejemplo...ni mucho menos, eso pilla muy lejos. En Salamanca, el interesado/a podría ir a la famosa la Cueva de la Mora, en la Sierra de las Quilamas (Navarredonda de la Rinconada) a probar fortuna, pero ni siquiera es necesario desplazarse hasta allí. Los habitantes de nuestra comarca tienen otra "Cueva de la Mora" mucho mas cercana, especialmente los de Barrueco.
Cueva de la Mora |
Alguno podría pensar que se encuentra en un sitio inhóspito y lejano, como “El Río” o “Los Tesos”, pero eso no es así. La cueva, a la que podéis acudir está muy cerca, casi en pleno casco urbano; concretamente en “El Castillo”, y para afinar más aún la localización, os diré que se haya en vertiente sur del mismo.
Post data
Hay
quien afirma que esa cueva, realmente, es conocida como “Cueva de la Zorra”,
pero eso nunca ha estado demasiado claro.
Una vez, hace años, yo aún era muy joven, asistí
a un pequeño debate entre dos paisanos de nuestro pueblo, grandes conocedores del término municipal, y ambos
discrepaban respecto al auténtico nombre de la mencionada cueva.
Uno afirmaba que su nombre era Cueva de la
Zorra, mientras que el otro decía que de eso nada, ya que su auténtico nombre
era Cueva de la Mora. Este segundo, preguntó al otro:
-
¿Tú crees que aquí, en el mismo pueblo, la zorra ha podido tener su camada alguna
vez?
- ¡Aquí…! Eso es imposible. Respondió inmediatamente el aludido.
-
No ves como tú mismo me estás dando la razón -respondió satisfecho el
compañero- Aquí nunca ha habido zorra alguna,
por lo tanto ¡cómo pretendes que se llame "cueva de la zorra"!; en cambio, una
mora es mágica y puede vivir donde quiera.
Desde La Zarza real (hoy) saludos.
ResponderEliminarDesde La Zarza virtual (siempre) saludos
-Manolo-
Hola Manolo. Supongo que habrás ido a tu pueblo a celebrar el carnaval de la mejor forma posible, muy diferente al carnaval que celebrábamos en los pueblos cuando éramos niños. En fin...los tiempos son los que son y al vida sigue. Un saludo.
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