martes, 3 de abril de 2018


La fiesta de los Cucos

   El "Lunes de Aguas", es una fiesta que se celebra en Salamanca, desde tiempo inmemorial, coincidiendo con el lunes siguiente al Lunes de Pascua. Ese día,  los salmantinos aprovechan la tarde para comer el hornazo a las orillas del Tormes, en casa, o donde se tercie.
   Ese mismo lunes, también era la fecha en la que volvían las prostitutas a la ciudad ya que, durante Cuaresma y Semana Santa, no podían  trabajar en el casco urbano y tenían que ir a ejercer su oficio al otro lado del río. La prohibición, por la que estas mujeres no podían permanecer en la ciudad, durante el tiempo de Cuaresma y Pasión, fue consecuencia de un edicto que, en este sentido, promulgó el Felipe II, allá por el siglo XVI.
   Mucha gente cree que la festividad del Lunes de Aguas tuvo su origen en la vuelta de estas "trabajadoras del amor" a sus actividades habituales en la ciudad, pero esto no es así; el origen de la fiesta es muy anterior a este hecho, y ambas cosas: comer el hornazo y la vuelta de estas mujeres a la ciudad, tras su exilio cuaresmal transtormesino, parece ser una simple coincidencia en el tiempo.
 
  La celebración, además de festejarse en Salamanca, también tiene lugar en varios lugares de la  provincia, entre ellos Barreras, un pueblo de nuestra comarca.
   En más de una ocasión, he estado con gente que no sabe donde se encuentra Barreras; otros, en cambio, aunque saben dónde está, nunca han ido a este pueblo ya que no es lugar de paso para ir a ningún lado... quien quiera conocer Barreras, tiene que ir a Barreras.  
   Esta localidad se encuentra entre Encinasola de los Comendadores, Saldeana y Villasbuenas; actualmente, es una pedanía de este último pueblo, y nunca fue un lugar populoso, siempre ha tenido pocos habitantes.
Iglesia de Barreras
 
   Los pueblos de Salamanca, salvo raras excepciones, vienen sufriendo, desde mediados del siglo pasado, una brutal despoblación que hasta ahora ha sido imparable. El fenómeno, aunque es evidente en todos nuestros pueblos -sólo hace falta darse un paseo en otoño o invierno, por las calles de cualquiera de ellos para comprobarlo- ,  cuanto más pequeño es el lugar, más visible es el problema,  como es el caso de Barreras.
  El INE contabilizaba, en 2017, en este pueblo, tan solo 24 habitantes; claro que  antes ha vivido tiempos mejores y, cuando allí vivía más  gente, celebraban sus fiestas correspondientes. Una de  ellas, quizá la más conocida, era la "La Fiesta de los Cucos".

   Entre la gran variedad de aves que podemos observar en nuestros campos, una de las más populares es el cuco, un pájaro que, al ser bastante huidizo, es poco conocido por su aspecto; en cambio, todos somos capaces de reconocerlo por su canto tan característico.
   En el mundo de las aves, distinguimos dos grandes grupos; las aves sedentarias, que son aquellas que permanecen entre nosotros durante todo el año, y las aves nómadas, que son las que nos acompañan sólo en determinadas épocas del año.
   Los cucos pertenecen a este segundo grupo; están en España, acompañándonos, durante la primavera y el verano, aprovechando su estancia aquí para criar, y, cuando llega septiembre, nos dejan,  marchándose a África, donde pasarán el otoño y el invierno.
   Su vuelta a la península,  habitualmente, tiene lugar en la segunda quincena de marzo; pero, si el clima no es favorable, pueden retrasar su llegada hasta los primeros días de abril.
   El regreso de los cucos a estas latitudes, por estas fechas, ocurre de forma tan constante que el refranero popular dice al respecto: "Si el cuco no canta, entre marzo y abril, es que el cuco se ha muerto, o es que ha llegado el fin"  -supongo que se refiere al fin del mundo, así que más vale que siga cantando mucho tiempo-

   Cuando a finales de marzo damos un paseo por el campo, ya podemos escuchar el canto del cuco, un signo evidente de que los rigores del clima invernal ya han desaparecido dando paso a unas temperaturas más suaves. Este es el motivo por el que nuestros abuelos llamaban al cuco  "El pregonero de la primavera" pues su vuelta a la península, desde sus cuarteles de invierno africanos, siempre coincide con la llegada de esta estación.
   Volviendo a los dichos populares; la gente de los pueblos, cuya economía está íntimamente ligada a los avatares que trae el clima, en un "alarde de sabiduría", también dice a veces:  "Cuando el cuco canta, llueve, hace sol, truena o descampa".

  Los cucos, además de su inconfundible canto, tienen otra característica que les hace muy especiales y es que  son aves parásitas, no hacen nidos para criar. Su "modus operandi" es el siguiente: Una vez que la cuca y el cuco han "andado de corribanda", ella pone sus huevos en el nido de otros pájaros siendo "estos padres adoptivos" quienes empollan y crían a los pollos del cuco.
   La hembra del cuco no elige al azar los nidos que parasita, escoge los de aquellas aves cuyos huevos tienen un color similar a los suyos, con el fin de que los padres putativos no se den cuenta de que ese huevo no es suyo.
  Para llevar a cabo la operación "cambiazo del huevo" , la cuca localiza a alguna pareja que ya esté  incubando los huevos, la vigila de cerca, y, cuando ve que los padres abandonan momentáneamente el nido, generalmente para ir a comer, se acerca al mismo, empuja fuera del nido uno de los huevos que están siendo incubados  y, en su lugar,  pone uno de los suyos. Dichas operaciones ha de realizarlas rápidamente, para que los dueños del nido no la pillen "in fraganti"·.
  Cuando vuelven los dueños del nido a seguir empollando sus huevos, casi nunca se dan cuenta de la maniobra ya que van a encontrar el mismo número de huevos que había, cuando se fueron, y todos con un color similar, por lo que  seguirán su proceso de incubación convirtiéndose así, sin pretenderlo,  en padres del pollo del cuco.
  Esta operación de colocar sus huevos en nido ajeno, por parte de la cuca, la repetirá, posteriormente, varias veces, a lo largo de la temporada de cría, en otros nidos diferentes,  asegurando así su descendencia.
  Como podemos ver, los cucos tendrán sus virtudes, pero la paternidad responsable no es una de ellas.

  Si los pájaros fueran envidiosos como los humanos, estoy seguro que el resto de la avifauna macho envidiaría al cuco. ¡Vaya vividor! Se pone a cantar...con sus cantos conquista a la cuca...se lía con ella... y, después de una breve e intensa relación, la abandona  siguiendo con sus cánticos para conquistar otra, y después otra, y otra, y...
   Ella, por su parte, se dedica a repartir huevos en nidos ajenos desentendiéndose de ellos, con el riesgo de provocar grandes traumas psicológicos entre los pájaros que crían a los pollos de los cucos, y quién sabe si divorcios aviares,  porque ya me diréis cómo puede justificar la madre de ese nido, ante el padre, cuando nacen los pollos, el poco parecido que guarda uno de ellos con los progenitores.
   Esta época de ajetreo y crianza en nidos ajenos, que realiza el cuco, tiene lugar durante abril y mayo; después, al llegar junio, ya dejamos de oír su canto debido a que, a estas alturas de la temporada, la época de cría ha finalizado. A partir de ahí, siguiendo ya un régimen de vida más sosegado, permanecerá con nosotros hasta septiembre, que es cuando nos abandona para ir a pasar la etapa africana.

  Familiarmente, se dice de un hombre, o mujer, que es muy cuco/a, cuando queremos indicar que es un espabilado/a, y,  la vez, un poco sinvergüenza; lo cual no debe extrañarnos nada a la vista de "las hazañas" de estos pájaros.

   Volviendo a Barrreras, a su "Fiesta de los Cucos", del mismo modo que en la capital, el río Tormes adquiere mucho protagonismo en la misma; aquí, también tenemos un río que tenía algo de protagonismo, El Huebra, ya que la orilla derecha del mismo era uno de los destinos elegidos, por la gente de este pueblo, para ir a comer el hornazo ese día.
   Como la celebración de la fiesta es siempre en plena primavera, los cucos ya andan por aquí y el canto insistente de los mismos acompañaba, durante toda la tarde, a la gente que iba de merienda al campo - si hablamos de esta fiesta, desgraciadamente, también hay que hacerlo en pasado, es una más, de nuestras fiestas típicas, que sólo quedan en el recuerdo-

  Hace años, pregunté a un hombre de Barreras el motivo de que esta celebración recibiera el nombre de "Fiesta de los Cucos", y que si era debido a que, ese día, emulando a esas aves, hombres y mujeres se dedicaban libremente a *********, y después "si te he visto no me acuerdo".
   Al oír mi pregunta, estuvo riéndose un buen rato y me explicó que la gente del lugar, en este aspecto, si guardaba parecido con algún ave era con las cigüeñas, que se emparejan para toda la vida -esta conversación la mantuve hace más de 30 años;  entonces, el índice de divorcios era muy inferior al actual- ; y que la crianza de los niños allí discurría exactamente al contrario de lo que hacen los cucos pues cada matrimonio se ocupaba con gran dedicación al cuidado de sus vástagos (sus pollos).
   Al vivir en un pueblo tan pequeño, los niños eran pocos y mantenían una estrecha relación entre sí y con el resto de personas adultas; se criaban libremente y eran muy felices. Como apenas circulaban coches por las calles del pueblo, ni pasaba gente extraña por allí; desde muy pequeños, siempre tenían la puerta de casa abierta para entrar y salir libremente de ella, pasándose el día jugando en la calle, con el resto de los muchachos. Cuando llegaba el atardecer,  indefectiblemente, cada uno volvía a su nido (la casa de sus padres).
   Mi informante, la única relación que encontró para que la fiesta recibiera este nombre, es que los chicos, cuando llegaban estas fechas, en ocasiones, para poder relacionarse con alguna chica, a menudo imitaban el canto de los cucos, algo que despertó en mi una gran curiosidad.
Río Huebra  (Barreras)

   Actualmente, es muy fácil poder comunicarnos con los demás; gracias a los móviles, tenemos la posibilidad de enviar whatsApps, mensajes, hacer llamadas directas o enviar e-mails; pero entonces no disponíamos de estos medios; concretamente, en Barreras, en aquella época, ni siquiera había teléfono en los domicilios particulares, -en la década de 1970 creo que sólo había un teléfono público-  por ello, antes, si un chico del pueblo estaba interesado por una chica  y esta le correspondía, cada vez que quería hablar con ella tenía que acercarse a su casa y avisarla para que supiera que estaba fuera esperándola.
   Claro que al interesado, ni se le pasaba por la cabeza llamar a la puerta de la casa para invitarla a salir, esto sólo era posible cuando la relación era ya muy duradera y estaban al borde del matrimonio; por lo tanto, cuando un chico quería ver a su enamorada, lo tenía algo difícil y debía arreglárselas de diversas formas.
   Una de las tácticas, para avisar a la chica, era convencer a una de sus amigas para que fuera a llamarla para salir, pero como no siempre había una mensajera  dispuesta a ejercer de  intermediaria, en primavera era muy común que "el pájaro enamorado" se colocara en alguna esquina cercana a la casa de la chica que pretendía, y, desde allí,  imitaba el canto del cuco. Cuando la moza correspondiente, oía este reclamo, daba una excusa razonable a sus progenitores para salir de casa, y se dirigía a su encuentro.
   Estos "cuu-cuus" provenientes de las esquinas, curiosamente, no dejaban de ser reclamos de amor como los que hacen cucos; mas no se limitaban a una sola fecha, sino que tenían lugar durante toda la primavera. Como la celebración de "La Fiesta de los Cucos" se circunscribía a un día concreto,  intentar justificar el origen de la fiesta, por estos reclamos amorosos, no parecía que fuera un argumento suficiente para darle nombre a la misma. 

 Posteriormente, coincidí un día en Vitigudino con una mujer de Barreras, ya mayor -entonces me pareció mayor, porque yo era muy joven; seguramente, hoy  me hubiera parecido menos mayor- ; la señora era muy agradable y aproveché para preguntarle sobre dicha fiesta, cuyo origen tanta intriga me producía.
  Al haber oído ya, previamente, la versión de un hombre respecto a la misma,  escuchar la de una mujer me resultaba de lo más interesante.  Ella, tal como ocurriera con el informante anterior, me indicó que siempre la había conocido por este nombre,  y que tampoco sabía, realmente, si tal denominación tenía relación con algún hecho o acontecimiento más antiguo que se hubiera perdido en el tiempo.
  Opinaba que "La Fiesta de los Cucos" recibía ese nombre, simplemente, porque era una celebración muy esperada por la gente del pueblo. En ella se salía a comer el hornazo al campo y, al coincidir siempre en primavera, los cucos ya estaban presentes en la zona, cantando en los árboles; así que asociaban la fiesta con el canto de estos pájaros.
   Como la fiesta es móvil en el calendario, del mismo modo que ocurre con Carnavales, Semana Santa y Pascua; la fecha concreta de su celebración variaba todos los años y, por ello, cada año, al preguntarle los niños a los padres, que cuándo iba a ser la fiesta;  éstos, para no tener que  andar haciendo cálculos y comprobaciones, siempre respondían: "Cuando canten los cucos"; así  nunca fallaban.  Aquella buena mujer opinaba que ese era el motivo de que a la fiesta tuviera tal nombre. 

   Aproveché también para preguntarle si era verdad que cuando un chico pretendía a alguna chica, en primavera, al ir a llamarla a su casa, imitaba el canto del cuco para que saliera, sin tener que acercarse a la puerta de su casa.
   La pregunta le hizo mucha gracia y esto me hizo pensar que lo que acababa de preguntar era una estupidez, pero resultó que era cierto.
  Afirmó que ocurría en primavera y en otras estaciones, y que los padres, como no eran tontos, ni sordos, cuando sonaba algún "cuu-cuú"  después del atardecer, próximo a una casa, y en ella había alguna chica en edad de merecer, solían decirle a ésta:
­  - Cuando veas a fulanito le dices que no moleste a la vecindad (en un pueblo tan pequeño, todo el mundo, incluidos los padres, sabía quién era aquel cuco tan raro que en vez de cantar durante el día, desde la rama de un árbol, lo hacía en una esquina, al amparo de la oscuridad de la noche).
 - No sé por qué se molestaban tanto en andar rondando la calle de noche -comentó la mujer-, ya que el recado de los padres, habitualmente, sólo podían dárselo, en el mejor de los casos, al día siguiente, pues casi nunca nos dejaban salir a aquellas horas... y menos si había "algún cuco" rondando por allí.

11 comentarios:

  1. Hola Manolo. He visto todos los vídeos de la Feria de la Piedra, ya la tercera. Todo un éxito, por lo que se puede ver. Un saludo.

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  2. Mu "cuco" el cuco.
    Como siempre nos deleitas con tus historias y tradiciones, que contadas tan ampliamente y de forma tan divertida como didáctica, nos haces reir a cada momento, a cada línea.
    Cierto que hay pueblos que no se pasa por ellos, hay que ir, como Barreras o Mieza, otro ejemplo.
    En La Zarza y algunos pueblos más, el día del hornazo se celebra el Domingo y Lunes de Pascua. Curioso el dia de los "Cucos" de Barreras. Gracias a ti no lo olvidaremos. Qué pocos habitantes quedan en algunos de nuestros pueblos.
    En otro blog de este "Rincón", también habla de que nuestros pueblos no deben desaparecer. He recordado, que en mi otra página, pueblo de mi mujer, Horcajo Medianero, hace unos años el alcalde escribía esto:
    <a href="www.zarzardepumareda.es/horcajo/pueblos.htm>

    -Manolo-

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  3. Dirección buena, (anterior errónea): Copia y pega:

    www.zarzardepumareda.es/horcajo/pueblos.htm

    -Manolo-

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  4. A la tercera, dicen, va la buena: (espero)

    http://www.zarzadepumareda.es/horcajo/pueblos.htm

    -Manolo-

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    1. He leído el artículo que indicas y es muy cierto todo lo que pone. Nuestros pueblos van perdiendo progresivamente su población y en un plazo no demasiado lejano de tiempo, muchos van a acabar desapareciendo.
      Nosotros somos la última generación que nació en el medio rural y allí vivimos nuestra infancia y adolescencia, y nuestros pueblos son para nosotros nuestro paraíso particulares, pero nuestros hijos y nietos ya lo hicieron en la ciudad y vivir en un pueblo no les atrae lo más mínimo.
      En Barrueco también comíamos el hornazo en el campo el Domingo, el Lunes y el Martes de Pascua; este último, era conocido como el día de "los rebojos". Hoy creo que sólo se hace el domingo. Un saludo.

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  5. Mi padre me contó una anécdota ocurrido en Barruecopardo que seguro desconoces porque si no la hubieras mentado.
    Estaba mi abuelo y mi padre y alguien más en el campo, creo que era un prado,o en una tierra, no recuerdo muy bien,cuando oyeron piar a un pájaro. Pero a su alrededor no había mata alguna, ni árbol, nada de nada. Pero el pájaro misterioso seguía piando, probablemente pidiendo comida. "Ese canto viene de la tierra" dijo uno e ellos. LLevados por tan misterioso piar sin saber de donde venía, decidieron indagar. Fueron acercándose al lugar, "parece que viene de por ahí", "yo creo que más a la derecha", y en estas pesquisas fueron poco a poco cercando el misterioso lugar. Llegaron hasta donde había el esqueleto, la calavera, de un animal, no recuerdo si era un carnero o un burro. El caso es que de allí procedía el insistente piar del polluelo. El cráneo estaba medio enterrado y resultó que por el hueco o cavidad del ojo, por ese agujero había entrado una cogujada para anidar. Pero hete aquí que criando a sus polluellos, los suyos habían alzado el vuelo pero otro quedó prisionero, pues por su talla no podía salir. Resultó ser un cuco.

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  6. Me olvidé de identificarme en el comentario anterior. Félix Carreto.

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    1. Hola Félix. Desconocía esa anécdota. Gracias por contarla. Efectivamente, los cucos suelen parasitar nidos de aves que son más pequeñas que ellos resultando muy chocante, para quienes tienen oportunidad de observarlo, ver cómo dos pequeños pajarillos, el padre y la madre adoptivos, se afanan en alimentar al pollo del cuco, que a su lado parece gigantesco ya que su tamaño puede ser hasta 3-4 veces superior que el de que ellos.

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  7. Muy bueno lo que has escrito. Interesante el tema de los "cucos".
    Un abrazo.

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  8. Unos pájaros muy peculiares, la verdad que sí, tanto por su canto, como por su comportamiento a la hora de criar. Tampoco debemos olvidar que son los inspiradores de los famosos relojes de cuco. Un abrazo

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